Hemorragia gastrointestinal

Los cuidados a adoptar, en caso de hemorragia gastrointestinal, pasan por la visita inmediata a nuestro médico. Se trata de conocer el origen y el tratamiento más adecuado, para curar la enfermedad que provoca tales síntomas.

 

La hemorragia gastrointestinal se define como la pérdida de sangre desde cualquier órgano del tracto digestivo. Es decir, hablamos de hemorragia gastrointestinal cuando sangra el estómago, esófago, intestino delgado o colon. Esta patología es síntoma de otras enfermedades, que deben tratarse con los cuidados oportunos, para la desaparición de estas consecuencias.

 

Las úlceras son las causantes de la mitad de las hemorragias gastrointestinales. Las pépticas, gástricas o duodenales son las más usuales. El sangrado se produce al romperse pequeñas venas situadas en las paredes de estos órganos. Otros causantes de las hemorragias gastrointestinales pueden ser las varices del esófago, gastropatías provocadas por la hipertensión arterial, cirrosis o hepatitis.

 

Las hemorragias gastrointestinales leves pueden ser estudiadas, por el médico, de forma ambulatoria. En otras ocasiones, se trata de graves problemas que han de ser atendidos de urgencia. En estos casos, puede correr peligro la vida del paciente y los cuidados a adoptar pasan por la realización de una endoscopia, reposición de fluidos y sangre perdida o ligaduras de las venas afectadas.

 

Tratamiento para hemorragias gastrointestinales

 

Los tratamientos a adoptar, para evitar la hemorragia gastrointestinal, pasan por prevenir las enfermedades causantes de las mismas. Por ejemplo, en el caso de sangrados producidos por las varices del esófago, los tratamientos y las endoscopias preventivas ayudan a que no vuelvan a repetirse los episodios. Otro cuidado ha tener en cuenta es el empleo responsable, comedido y bajo prescripción facultativa de los medicamentos antiinflamatorios. Éstos son causantes de muchas hemorragias digestivas.

 

Las hemorragias gastrointestinales procedentes del esófago, estómago y duodeno provocan vómitos con sangre y heces de color negro. Cuando el origen se encuentra en el resto del intestino, suelen cursar con heces con sangre viva o coagulada. Si se trata de sangre viva en el inodoro o en el papel higiénico, el problema puede estar en las hemorroides o en alguna fisura anal.

 

Los tratamientos y cuidados para las hemorragias gastrointestinales varían en función del tipo y cantidad de sangrado, así como del origen. En casos de pacientes hemodinámicamente inestables y con pérdidas masivas de sangre, la Vasopresina detiene la hemorragia en un porcentaje elevado de enfermos. Ha de emplearse con sumo cuidado, pues uno de sus efectos secundarios es la vasoconstricción de zonas tan importantes como el cerebro.

 

Es de vital importancia, en el régimen de cuidados de las hemorragias gastrointestinales, acudir de forma inmediata al médico cuando existan heces negras, alquitranosas o presencia de sangre en las mismas, así como al notar la presencia de sangre en los vómitos.






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