Cuidados de la Apendicetomía en niños

La apendicectomía es la extirpación quirúrgica del apéndice cuando se encuentra inflamado debido a una infección. Esta infección se denomina apendicitis y se considera de urgencia toda vez que si no se trata rápidamente puede llegar a ser mortal.

En ocasiones, un apéndice excesivamente inflamado puede reventarse en menos de 24 horas después de la aparición de los primeros síntomas de apendicitis. De este modo, el doctor debe actuar de inmediato y proceder a la extirpación del apéndice en el menor tiempo posible.

Hoy en día, la apendicectomía es una operación sencilla y muy pocas veces da lugar a serias complicaciones. Si el médico diagnostica la apendicitis y lleva a cabo la operación de inmediato, la mayor parte de los niños se recuperan rápidamente y sin apenas molestias o problemas con un poco de reposo y con los cuidados adecuados.

Después de la operación, el niño se despertará al cabo de una hora más o menos en su habitación del hospital. En los primeros momentos, debido a la anestesia, el niño puede estar aturdido, sentir frío, vomita o estar triste, pero ello remitirá en breve tiempo. En algunos casos, el niño puede sentir dolor en el lugar de la incisión, si es así hay que recurrir a la medicación para aliviarlo. El niño deberá permanecer entre 2-3 día en el hospital y algún día más si el apéndice se ha perforado antes de su extirpación.

Cuando el doctor dé el alta al niño hablará con los padres para que lleven a cabo una serie de cuidados con su hijo en el hogar y que acudan en las siguientes semanas para comprobar la evolución del niño.

Normalmente, el niño podrá comer y beber cualquier cosa, si bien en algunos casos el apetito puede disminuir en un primer momento. Asimismo, los padres deben mantener limpia la zona de la incisión y observar por si aparece algún signo de infección. Si se observa alguna inflamación o rojez en la herida, el niño siente dolor o la fiebre supera los 38,3º C hay que acudir al centro de salud.

En cuanto a la escuela, el médico informará a los padres cuando su hijo puede volver a recuperar su ritmo de vida normal tanto en el campo escolar como en otros. Normalmente, a los siete días, el niño podrá retornar a la escuela; si ha habido perforación del apéndice el plazo aumentará hasta los 10-12 días. No obstante, las actividades deportivas no se podrán retomar hasta pasadas algunas semanas más. Vivir sin apéndice no causa ningún tipo de problema para el niño.