La farmacología clínica para enfermería tiene como objetivo el conocimiento de los diferentes fármacos y de su uso en el tratamiento, la prevención y el diagnóstico de las enfermedades y de los efectos secundarios que estos medicamentos puedan producir en el organismo humano. La farmacología y la enfermería van de la mano ya que son los enfermeros quienes reciben en primera instancia al paciente y en muchos casos se considera que el hecho que ellos puedan recetar medicamentos podría tener un gran efecto sobre la agilidad en la atención en los centros médicos y hospitales debido a que no todos los pacientes que acuden a estos lugares requieren de la atención de un médico. Esto por consiguiente tendría un efecto sobre los costos de los servicios de salud.
Las enfermeras pueden recetar en diferentes partes del mundo de acuerdo a algunas condiciones específicas, en muchos casos se requiere que los profesionales en enfermería realicen un programa de formación superior o un postgrado que les permita prescribir medicamentos a los pacientes. Es importante conocer la legislación en cuanto a farmacología para enfermería en cada uno de los países y continentes, por si nos trasladáramos a trabajar a un destino diferente.
En países como Reino Unido y Suecia sólo las enfermeras que prestan atención primaria y asistencial pueden prescribir.
En Canadá las únicas enfermeras que pueden prescribir son aquellas que trabajan zonas rurales o remotas y se espera paulatinamente poder extender esta medida al resto del país. En Australia y Nueva Zelanda las enfermeras pueden prescribir siguiendo protocolos previamente establecidos. En Estados Unidos existen unas especialidades de enfermería a las que les es permitido prescribir, pero cada estado posee una legislación al respecto.
Existen otros países, sobre todo en Asia, que recurren mucho más a las plantas con propiedades medicinales que a los fármacos, de este modo no es necesario que el médico prescriba estos medicamentos pues estos productos naturales no suponen ningún riesgo para la salud del paciente. La responsabilidad del enfermero en estos casos se centra en asegurarse de que el paciente no tienen ningún tipo de alergia o incompatibilidad con alguna de estas plantas o derivados naturales.
En España la medida fue aprobada en el año 2009, autorizando a las enfermeras y podólogos a recetar medicamentos que no estén sujetos a prescripción médica, como los analgésicos, antitérmicos, antitusígenos, pomadas, vendajes y demás productos que se pueden adquirir en la farmacia sin necesidad de receta médica.
Si bien el hecho que los enfermeros puedan recetar es una excelente medida para muchas personas, los médicos en su gran mayoría han mostrado su inconformidad frente a la misma, insistiendo en que es imposible que un enfermero pueda tener las mismas capacidades que un profesional en medicina.
Dentro de las normas más importantes de la farmacología clínica para enfermería los pasos que deben seguir los enfermeros para la administración de fármacos según los requerimientos de la farmacología clínica son los siguientes:
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Comentarios publicados en Farmacología clínica para enfermería:
Escrito por emmanuel fernandez bazan el 10/01/2014
Creo que la enfermería podría encargarse de indicar fármacos de venta libre y productos naturales como tisanas e hierbas curativas, ya que en estos tiempos donde abunda la auto-medicación la misma población consume en las farmacias productos de venta libre y naturales por su propia cuenta sin ningún criterio. Esto me lleva a pensar que los enfermeros profesionales y licenciados en enfermería indicaríamos con más criterio complementando la labor médica pero desde otra perspectiva más holística.
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